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Entrevista en Español:


Drik Magazine (Mexico City, Enero 2011
)
Jacob Kirkegaard
Por Laos Salazar

Jacob Kirkegaard es un artista de origen Danés radicado en Berlín con un interés específico por el sonido. Sus instalaciones y piezas sonoras son un reflejo de su preocupación por frecuencias que aparentemente son imperceptibles. Visitó la ciudad de México en septiembre del 2011 como parte de las actividades realizadas en Transitio_MX 04 “Afecciones Colaterales”, festival de artes electrónicas y video. Tuvimos la oportunidad de hablar con él, conociendo más sobre su trabajo y su forma de percibir las cosas.

Laos: ¿Qué hizo que te interesaras en el sonido?
Jacob: Creo que mi padre fue quien desató mi interés. A los seis años me dio un micrófono y una grabadora de carretes, la puso a grabar y salió de mi cuarto. Aun conservo esa cinta. En ella al principio soy un poco tímido, no sé que decir. Pero poco comienzo a hablar, a inventar historias y a cantar. Al poco tiempo descubrí que mi grabadora podía grabar a diferentes velocidades, si lo hacía a una alta velocidad y luego la reproducía a una normal mi voz sonaba como la de un monstruo. Después tuve una grabadora más pequeña que podía llevar a mi escuela, con ella hice muchas grabaciones, muchas veces grababa a mis amigos sin que se dieran cuenta.

L: ¿Cuál es tu mayor inspiración para tu trabajo?
J: No hay una gran inspiración, esta viene y va. Creo que es algo que refleja el estado y el tiempo en el que estoy o estaba en ese momento de mi vida. Cuando tenemos la suerte de sentirnos inspirados, se da porque somos capaces de interactuar con el mundo que nos rodea y nos sentimos parte de él.

L: Encuentro un sentimiento de soledad en muchas de tus piezas ¿es esta una preocupación en tu obra?
J:Nunca introduzco una emoción particular de manera deliberada en mis piezas. Tal vez sentiste soledad porque eso te provocó. Por otro lado creo que entiendo lo que dices, mi pieza de Chernobyl habla sobre un lugar abandonado, pero no se si es un lugar solitario. Creo que depende de cómo se perciba lo que hago. Por ejemplo, recuerdo haberle puesto música experimental a mi madre. Ella la encontró tremendamente oscura y depresiva mientras que yo no la encontraba depresiva en absoluto, más bien edificante. Creo que la mayoría de las cosas siempre ocurren dentro de nosotros.

L: ¿Cual es la mayor lección que has aprendido de hacer música?
J: En Twin Peaks, el gigante le dice al agente Cooper, “Los búhos no son lo que parecen…” En mi opinión, a lección más grande que he aprendido podría ser que los sonidos no son necesariamente como suenan al principio.

L: ¿Cual es el trabajo más difícil que has hecho y por qué?
J: Bueno, pues no me gusta estar golpeando mi cabeza contra la pared…porque si un trabajo se vuelve demasiado difícil significa que algo no está bien; en éste, algo esencial o un método falta. Pero cada trabajo debe ser un desafío, no debe ser muy fácil, pero tampoco debe ser demasiado difícil, honestamente no creo saber que ha sido lo más complejo que he realizado.

L: ¿Cuál es tu opinión sobre la escena del arte sonoro contemporáneo?
J: Hay muchas personas talentosas alrededor del mundo. Me encanta ser parte de ellos. Es como ser parte de una gran familia. Creo que han pasado muchas cosas desde que inicie hace 17 años.

L:¿Algún consejo para la gente que este incursionando en el arte sonoro?
J: Nunca me preocupe por la fama o el ser reconocido. Mi consejo seria concentrarse en lo que se hace, sumergirse en él y disfrutarlo. No debe de ser una lucha para lograr “llegar a la fama”; es mejor disfrutar el ahora y celebrar el crear.


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Entrevista en Español:

Jacob Kirkegaard - Montevideo, Uruguay, October 2011

El mundo resonando en mí 
Jacob Kirkegaard surfeador de ondas sonoras

por Eduardo Paz Carlson
Jacob Kirkegaard: surfeador de ondas sonoras por eduardo paz carlson, 11 de octubre, 2011

El silencio es una idea, nada más. No es real. Nunca lo disfrutaremos. Aunque nos aislemos en la cabina más hermética (o anecoica) siempre escucharemos dos zumbidos que suben como ríos por nuestro cuerpo hasta el cerebro: el más agudo es el Orinoco de nuestro sistema nervioso y el más grave es el Ganges  de toda nuestra sangre. Vibran, suenan, pulsan, estallan, zumban y se hinchan de espuma reverberante y nunca se callan, nunca. Son los primeros sonidos que escuchamos y serán los últimos. El compositor experimental  estadounidense John Cage (1912-1992) expresó esta concepción del silencio en muchas de sus obras y escritos (fue poeta, educador y filosofo entre muchas actividades más). Y también notó: “El significado esencial del silencio es la pérdida de atención... el silencio no es acústico… es solamente el abandono de la intención de oir.” En su obra “4:33” Cage, obliga a la audiencia a enfrentarse al silencio o, mejor dicho, al concepto razonado y culturizado que la audiencia humana del  silencio. Los intrepretes se colocan frente al público y no hacen nada durante 4 minutos, 33 segundos. Suena el silencio humano: cada espectador está escuchando sus propios Orinocos y Ganges fluyendo y los ruiditos de la sala: toses, chillidos de toda clase, flatulencias,  murmullos, ronquidos, puertas, cosas que se caen, envoltorios de caramelos que se abren lentamente, etcétera.  Lo humano suena y suena y no hay escapatoria a este fenómeno. Lo humano vibra, pulsa, respira en un loop de energía sonora.
Hay una raza especial de experimentadores que se zambullen en estos ríos sonoros  y surfean sus ondas. Son los “artistas sonoros” o “plásticos sonoros”. Son personas que exploran el sonido hasta casi lo subatómico. Se deleitan con el sonido. Solo buscan sonido y de todo tipo.

Cámara Anecoica

De esta raza de surfistas sonoros es Jacob Kirkegaard (1975) el artista sonoro dinamarqués que se presenta el próximo 18 de octubre a las 20:30hs en la sala Zavala Muniz interpretando su obra AION, (basada en el registro de audio y video de cuatro espacios abandonados de la zona de exclusión en Chernóbil) y al día siguiente inaugura su instalación sonora PHANTOM BELL (una pieza que utiliza el Tinnitus como fuente sonora y que estará abierta al público desde el 19 de octubre  hasta el 6 de noviembre)  en el EAC - Espacio de Arte Contemporáneo a las 20:00hrs.

Acufenos poéticos

“Este concierto es sobre Tinnitus y el concierto es en una vieja cárcel. Para la persona que sufre de Tinnitus, esta afección puede transformarse en una cárcel, sus cabeza puede ser una cárcel…” Phantom Bell  (Campana Fantasma) es la obra. “El Tinnitus me interesa porque es la primera vez que trabajo con un sonido que “no existe”, está solamente en la cabeza de la gente que lo escucha. Si tú tienes Tinnitus yo no puedo escucharlo, solo tú puedes. Por eso lo que hice fue preguntare a varias personas que tienen Tinnitus que me describieran con sus palabras qué tipo de sonido escuchaba. Les pedí que me lo describieran tímbricamente, tonalmente (lo más objetivamente posible) pero también emotivamente y con imágenes, que lo visualizaran. Algunos colegas músicos describieron el sonido comparándolo con frecuencias, o tratando de descifrar en qué nota vibraba por decirlo de alguna manera.  Grabé sus descripciones. Al mismo tiempo traté de recrear ese sonido con osciladores y otras grabaciones de campo. Luego edité las palabras y realicé un collage de palabras y sonidos. En el concierto del EAC, el próximo 19 de octubre, el publico va a estar en total oscuridad, en un espacio reducido, de hecho, en  un espacio que antes fue una celda y va a escuchar ese collage de palabra y sonidos  que materializan un Tinnitus imaginado…en un sonido fantasma (Ghost Sound).”

Los afectos por este desorden auditivo (que en sus formas más benignas es muy común y pasa casi desapercibido) describen este ruido que les nace desde el fondo del cerebro de variadas maneras: cada cual escucha su propio Tinnitus. A veces es un tono (a veces más de uno en cada oído y se combinan o interfieren entre sí) muy puro y sostenido, otras, es grave y metálico, otras es pulsante como un motor moderando y cada descripción es única y sorprendente. Pero el collage sonoro de Kirkegaard produce una percepción poética que antes no estaba y que es compartible con una audiencia: “Es filoso, es azul como electricidad” dice una mujer,  otra señora afectada de Suecia lo describe como un tubo de metal  en cuyas extremidades hay gotas de hielo cristalizándose…”
“Phantom Bell es, en realidad, una “pieza en proceso”, un proyecto no culminado porque aún tengo muchas descripciones, visualizaciones muy abstractas que estoy editando. Lo que presento en Montevideo es la “Parte 1” del proyecto” aclara Kirkegaard.

Chernóbil en el Solís

AION es una obra de Kirkegaard más aclamada por la crítica especializada europea hasta el momento. Combina profundidad emocional con sensaciones auditivas desconocidas para el oyente común. No se puede olvidar la devastación que se produjo en la estratégica ciudad de la Ucrania Soviética, el horror de estar a la merced  un poder inmaterial asesino descontrolado y no humano en una época critica de la guerra fría.
Pero además de Kirkegaard, el martes 18 se presenta el también artista sonoro argentino Jorge Haro (1963). Haro abrirá la noche presentado a>v [montevideo], material que integrar su próxima edición discográfica, en forma de concierto audiovisual. Enseguida después (sin intervalo) se presenta Kirkegaard.  Cada set tendrá una duración aproximada de 40 minutos.

“En AION, suena Chernóbil. Viajé a la ciudad devastada por el accidente nuclear para grabar el sonido ambiente de salas, halls, habitaciones o corredores de edificios abandonos. Coloqué micrófonos en el  centro de la habitación, por ejemplo y luego, el mismo sonido grabado era reproducido por parlantes. Los micrófonos nunca pararon de grabar y así se fueron sobreponiendo capa tras capa de sonido reproducido con sonido fresco hasta tal punto que toda esa masa sonora empieza a reverberar y a pulsar, es impresionante, no sé si es la radiación lo que suena… es el sonido de Chernóbil, hoy.”  

http://eduardopazcarlsonperiodista.blogspot.com/2011/10/jacob-kirkegaard-surfeador-de-ondas.html

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Jacob Kirkegaard - Interview in Spanish. Montevideo, Uruguay, October 2011

El sonido de las radiaciones nucleares
Jacob Kirkegaard es un artista sonoro danés que se dedica a explorar aspectos estéticos y científicos del sonido y del silencio. Ha expuesto sus obras en varios espacios de arte contemporáneo del mundo. En Uruguay, este martes 18 dará un concierto en el Solís, con sonidos e imágenes que registró en las instalaciones abandonadas de Chernobyl, y a partir del miércoles 19 una de sus obras estará expuesta en el Espacio de Arte Contemporáneo. 180 conversó con él.

Publicado el: 18 de octubre de 2011 a las 18:19
Por: Clara Esmoris

En #Concierto, Kirkegaard presentará su obra AION, basada en el registro de audio y video de cuatro espacios abandonados de la zona de exclusión de Chernobyl, Ucrania. El centro de su trabajo en esta ocasión estuvo en captar la experiencia acústica y visual de la ausencia y el cambio, explorando el fenómeno de la radiación a través del sonido.

K: Mi arte está enfocado en los sonidos, en entenderlos desde distintas perspectivas, en descubrir aquellos que no se perciben fácilmente, los que se esconden de las personas.

¿Cómo es el trabajo que vas a presentar esta noche?

K: AION está basado en sonidos de habitaciones abandonadas y su resonancia. Un cuarto, una piscina, una iglesia abandonada, su resonancia cuestiona el silencio y la ausencia.

La técnica consiste en poner un micrófono en ese espacio y luego abandonar la habitación. Alrededor de 20 minutos más tarde, Kirkegaard vuelve al lugar, detiene la grabación y la reproduce en ese mismo espacio, mientras que con otro grabador captura nuevamente el sonido ambiente, que incluye el sonido ambiente anterior. Esto lo repite hasta diez veces y el resultado es lo que los espectadores del concierto escuchan.

¿Por qué Chernobyl?

Fui en 2005, estuve tres días grabando. Quería grabar habitaciones que habían estado activas, donde la gente había vivido y había hecho distintas cosas. Recuerdo Chernóbyl de cuando era chico y me pareció un lugar interesante para ir, porque, no solo está abandonado, sino que además está habitado por la radiactividad. Y la radiactividad es algo muy difícil de entender, porque no podemos verla, no podemos olerla, no podemos sentirla, pero sabemos que está ahí y que es peligrosa. Y lo que me interesa es trabajar con la idea del tiempo, porque el tiempo medio de desintegración de la radiación es de 70.000 años, y si pensamos en ese tiempo hacia atrás, estábamos en África. Entonces esta radiación va a perdurar mucho más que estos edificios en los que yo estuve.

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A partir del miércoles 19, en el Espacio de Arte Contemporáneo se estará exhibiendo Phantom Bell, un trabajo que Kirkegaard creó especialmente para esta ocasión. Según la explicación del propio autor, la pieza se centra en el tinnitus, también conocido como acúfeno, que es esa experiencia de notar golpes o pitidos en el oído, que no proceden de ninguna fuente externa.
A pesar de que el tinnitus es considerado como un "falso fenómeno subjetivo", es, de todas formas, escuchado y experimentado por las personas que lo padecen.
Algunos de ellos experimentan tinnitus como un sonido no deseado que habita en los oídos y la cabeza. Otros se sienten aprisionados dentro de sus propias cabezas.
Phantom bell está basada en informes verbales de los pocos seleccionados que sufren de tinnitus. Kirkegaard les pidió que describieran sus tinnitus, en primer lugar, de forma objetiva (brindando información general sobre el terreno de juego, la frecuencia y el timbre del tono) y en segundo lugar, de una forma subjetiva (asociaciones visuales, metáforas y emociones). Kirkegaard utiliza las descripciones objetivas para recrear los sonidos tinnitus individualmente, a través del sonido digital y analógico. Luego, combina sus composiciones con las grabaciones de los informes subjetivos de los pacientes. Phantom bell pretende mostrar uno de los sonidos más íntimos, únicos y personales dentro de las cabezas de algunas personas. El tinnitus es una especie de espejismo sonoro: Un sonido que no existe, pero es sin duda escuchado por la persona que lo experimenta.
Al escuchar y trabajar con personas que "sonidos fantasmas", este trabajo permite experimentar un fenómeno sonoro común, pero muy personal que por lo general permanece inaudible e ininteligible para los demás.

• Concierto es en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís, este martes 18 a las 20:30, las entradas salen $180.
Phantom Bell estará expuesta en el Espacio de Arte Contemporáneo a partir de este miércoles 19. Más info: www.eac.gub.uy

http://www.180.com.uy/articulo/22134_El-sonido-de-las-radiaciones-nucleares

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Jacob Kirkegaard zagra... na uchu! (REVIEW IN POLISH - APRIL 2011)

http://www.polskieradio.pl/24/290/Artykul/348370,Jacob-Kirkegaard-zagra-na-uchu

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Jacob Kirkegaard - Interview in Spanish, Buenos Aires, Argentina, 2010

“Creo que el silencio es una palabra tramposa”
Argentina (http://deoficioperiodista.blogspot.com/2010/11/creo-que-el-silencio-es-una-palabra.html)

El viernes pasado, Jacob Kirkegaard, artista sonoro danés, se presentó en la Alianza Francesa. En el que fue el último concierto de 2010 del ciclo Conciertos en el LIMb0, Kirkegaard compartió su obra AION, basada en el registro de audio y video en cuatro espacios abandonados de la zona de exclusión de la radioactiva Chernobil, en Ucrania.
Este músico de 35 años -graduado en la Academy for Media Arts de Colonia, de Alemania- trabaja en los aspectos científico y estético del sonido, la percepción del tiempo y la escucha. Sus performances bordean lo imperceptible. De tan sutiles se vuelven fluorescentes. De la mano del sello inglés Touch publicó cinco álbumes.

Antes de darle play a la instalación videosonora, Kirkegaard habló con el público sobre los orígenes de esta obra que realizó entre 2005 y 2006:
“Estaba haciendo un taller en la Academia de Arquitectura en Copenhague, grabando en distintas habitaciones en la ciudad y en espacios abiertos. Así empecé a pensar sobre la actividad sonora que había en las habitaciones, incluso en habitaciones vacías. Me interesaba grabar en habitaciones que habían sido usadas y luego abandonadas. Entonces me acordé de Chernobil”.
“Yo tenía 11 años cuando pasó el accidente y lo ví por televisión. Pensé en esta ciudad maravillosa, Pripiat, que tenía una arquitectura increíble, y quería ir ahí a buscar sonidos. Así que me puse a averiguar cómo había que hacer para poder entrar. Tramité los permisos y logré conseguirlos. Necesitaba hacerlo lo más rápido posible, porque todavía hay radioactividad en la zona de exclusión. Entré a grabar en cuatro habitaciones vacías. Pensé en cómo grabarlas y me inspiré en el compositor estadounidense Alvin Lucier, que creó esta obra tan importante, “I am sitting in a room” (Estoy sentado en una habitación) que consistía en grabar su voz leyendo un texto en una habitación, para luego volver a leerlo y volver a grabarse, repitiendo el proceso tantas veces hasta que cambia el sonido del texto original por la resonancia de la habitación. Así que lo que hice fue grabar estas cuatro habitaciones, pero sin decir un texto. Sólo las dejaba grabando (en audio y video) unos diez minutos y me iba de la habitación. Eso con la ayuda de una batería de auto, porque no hay electricidad. Así obtuve las frecuencias de las habitaciones”.

-¿Por qué encontrás atractivo trabajar con el no-sonido y convertirlo en sonido?
-Porque no creo que haya algo como el no sonido. Creo que "silencio" es una palabra tramposa. Cuando empezás a escuchar, vas a descubrir que hay sonido. Siempre. Afuera o adentro de tu cabeza. No creo en la ausencia del sonido. Tal vez crea en la inconsciencia. Si estás inconciente, tal vez haya silencio.

-¿Estuviste alguna vez inconsciente?
-Solo cuando duermo. Pero cuando estoy inconsciente, no escucho el silencio, porque no estoy conciente. Así que es una paradoja. En cuanto empiezo a escuchar el silencio, escucho algo y el silencio se va.

-Después de escuchar AION, alguien del público dijo que sintió vacío. ¿Por qué quisiste hablar de Chernobil desde qué es lo que sienten los demás?
-Primero que nada, estoy interesado en descubrir el sonido desde diferentes maneras. Pero también estoy interesado en el concepto, el sonido y la estructura del sonido. Por ejemplo, estos sonidos, espero que sean interesantes por sí mismos. Pero cuando tenés el concepto, por ejemplo, este es el sonido de Chernobil, eso se vuelve importante. No decir demasiado, no hacerlo muy emocional, porque ya está cargado de emociones. Hubo gente que me preguntó por qué hice esto tan hermoso. O me preguntaban por qué no era oscuro y horroroso. Pero si tratás de hacer algo que no diga demasiado, ya dice mucho. Y así el público tiene el espacio para hacer su propia historia e interactuar cuando ven algo. Creo que es algo interesante para la vida humana. Me gusta cuando la gente lo mira y me dice que le recuerda a una cosa u otra.

-Alguien dijo también que estos videos representaban el fin del mundo...
-Sí, para mí el fin del mundo es así. Yo creo que no hay nadie que esté a favor de la energía nuclear, que lo siga estando después de estar ahí. Vas ahí y ves: esto es el final. Si una planta de energía nuclear explota cerca de Nueva York o Tokio, las verías abandonadas. ¿Podés imaginar eso? Este es el ejemplo del fin del mundo.

-Bien. El miércoles vas a hacer una instalación sonora en el Centro de Salud Mental Ameghino. ¿Por qué vas ahí?
-Porque me invitaron.

-¿Y qué pensás de eso?
-No pienso nada

-¿No pensás nada de un lugar lleno de locos?
-Bueno, conozco mucha gente que está loca. Especialmente los que se hacen los normales. Vamos de vuelta: no quiero poner emociones en ningún espacio. Quiero estar abierto al espacio, cualquiera sea. Creo que lo que puedo hacer ahí es algo que puede ser muy atractivo. Voy a grabar y espero que los sonidos que haya mientras tanto sean perfectos para el espacio.

-La última, ¿qué cosas te influenciaron de niño para que hoy seas músico?
-La radio de onda corta (responde sin dudarlo un instante). Podía escuchar radios de países lejanos en idiomas que no entendía. Y después, movía el dial un poquito y luego de unos ruidos muy raros, estaba en otro canal, en otro país. Era impresionante. Yo tenía cinco o seis años. Me acuerdo que al final del dial había un canal en Código Morse, que emitían esas señales que eran incomprensibles. Eso era increíble.

La instalación sonora site-specific que realizará en el Centro de Salud Mental número 3 Dr. A. Ameghino, co-producida entre Conciertos en el LIMb0 y el colectivo Ameghino Sonoro inaugura mañana miércoles 24 de noviembre a las 20 horas, con entrada libre y gratuita. Si no te quedó muy en claro de qué se trata lo que hace Kirkegaard, andá a verlo mañana, youtubeá alguno de sus videos o metete en su página web que es www.fonik.dk


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ENTRETIEN AVEC JACOB KIRKEGAARD (Interview in French)

Artiste danois vivant en Allemagne, Jacob Kirkegaard explore, dans son album 4 rooms sorti chez Touch music, l’héritage sonore d’une des pires catastrophes produites par l’humanité : l’explosion de la centrale nucléaire de Tchernobyl, qui eut lieu le 26 avril 1986.

Peux-tu nous expliquer comment est né ce projet ?


L’idée était de visiter un lieu abandonné. Trouver un lieu où les gens ont vécu et qui en sont subitement partis. L’idée était d’enregistrer des bâtiments dépourvus d’activité humaine. Je m’intéresse au passage de l’activité au silence soudain. Une autre motivation était le temps et comment nous le percevons. Nous avons une idée de ce que représente une centaine d’année mais je ne suis pas sûr qu’on comprenne vraiment la durée des radiations. J’appréhende Tchernobyl comme une zone où un autre temps existe, ce n’est pas notre temps mais un temps très spécial qui dépasse notre entendement.

Comment est cette région aujourd’hui et as-tu eu des difficultés avec les autorités pendant ton voyage à travers l’Ukraine par rapport à ton projet ?

Non, la demande a pris du temps mais il n’y a pas eu de problèmes pour entrer dans la zone. Evidemment, les vérifications y sont nombreuses. La zone aujourd’hui… c’est une longue histoire. La nature sauvage existe vraiment là-bas. C’est une expérience remarquable de voyager dans cette nature. Les villages sont pratiquement ensevelis dans la terre et cachés par des arbres. Visiter la ville de Pripyat, d’où 50.000 personnes furent évacuées, fut étonnant et très désolant.

Comment as-tu procédé techniquement pour concevoir cet album ?

J’ai choisi quatre endroits : une piscine, un gymnase, une salle de concert et une église. Je plaçais un micro dans la pièce, quittais le bâtiment et enregistrais pendant dix minutes. Après dix minutes, je revenais, arrêtais l’enregistrement qui était ensuite rejoué dans la salle, grâce à une enceinte. Le micro enregistrait à nouveau le son de la pièce, mais cette fois-ci avec l’enceinte qui jouait l’enregistrement précédent, etc. J’ai ainsi fait des couches de sons. Les premières couches créèrent un bruit blanc, et après plusieurs couches, des tons et des nuances émergèrent. 4 rooms a quatre plages qui correspondent à une documentation sonore pour chaque pièce. Enregistrer ces couches de sons, c’était enregistrer le temps. Evoquer ces subtiles vibrations qui existent dans les pièces. En faisant des couches pour les amplifier, je voulais peut-être faire entendre quelque chose d’inaudible.

Le résultat me fait penser que cette région est habitée par des ombres du passé qui se déplacent lentement dans les lieux où elles vivaient. Pourrais-tu dire que ces fantômes sonores sont le reflet métaphorique des victimes d’un régime politique qui n’avait que faire de l’environnement et des personnes qui vivaient là ?

Non, je ne veux pas particulièrement évoquer quelque chose de directement politique par ce travail. Je sais que Tchernobyl est un sujet énorme à traiter et de nombreux faits confus, des mensonges y sont liés. En l’étudiant et en y allant, j’ai réalisé que ce lieu va peut-être rester à jamais un mystère dans beaucoup de sens. En tant qu’artiste, je suis intéressé par créer un travail sonore qui a une histoire ou au moins une relation à quelque chose. Sur ce cd, c’est Tchernobyl. Mais c’est aussi le temps. Et ce temps est transcendantal. De plus, ce travail est lié à celui du compositeur américain Alvin Lucier (I am sitting in a room). Alors non, je ne dirais pas que ce travail est le reflet métaphorique d’un système politique. Je veux que ce soit entièrement l’auditeur-trice qui juge et qui entende ce qu'il-elle veut entendre.
Propos recueillis et traduits par Yann.  www.fonik.dk / www.touchmusic.org.uk